Día de esto, día de lo otro, políticas de esto, de aquello, esfuerzos por erradicar esto, o aquello… años y años, presupuesto tras presupuesto pero no se avanza, funcionarios con mesas vestidas para la ocasión y las mejores galas, mientras el embarazo se produce en casas con hacinamiento, sin luz, niños criando niños, situación social que, muchas veces, los funcionarios encargados desconocen por completo.
No es el embarazo per se, este es fruto de un evento o una cadena de eventos, situaciones sociales, marginalidad en casi todos los casos y errores en otros, sexo sin protección… ¿qué hacer más allá de un evento «con luz, aire acondicionado y brindis»?.
No es arriba que se deciden las políticas públicas eficiente, es dentro de los afectados, con los afectados.
Los actos por el Día a «celebrar» no contó con la presencia de ni una embarazada para los cuales está destinado los programas, no contó con sus anécdotas, sus desgarrantes historias, sus casos que son lo único que hace tomar conciencia del problema y, conociendo el problema, actuar.
¿Qué acto puede hacerse, qué remedio puede hacerse con la ausencia de los afectados?
